Las tinieblas se ciñen nuevamente sobre Netflix, plataforma que no deja de sustentar su legado con ayuda de Corea del Sur. Con esta consigna, el telón se abre para presentar Rumbo al infierno, cuya trama está a cargo de Yeon Sang-Ho, creador de Seoul Station, Tren a Busán y Península.
Dicha serie se basa en el webtoon homónimo que el cineasta concluyó cuando apenas era un estudiante. Todo apunta hacia un escenario lleno de ataques sangrientos, suspenso y criaturas apocalípticas.
Las expectativas son altas, pues ésta pretende replicar los números de Squid Game, sin embargo, ¿le llegará a los talones? Aquí un compendio de lo que amarás y odiarás de Hellbound.
Sinopsis: Humanidad condenada
Sobrenatural y aterradora, con esas dos palabras, Rumbo al infierno inaugura la penitencia que la humanidad deberá sortear.
El líder de la secta religiosa Saejinhwe, Jung Jin Soo, la cual se levanta como la iglesia de la Nueva Verdad, difundirá los planes que Dios tiene preparados para el individuo.
Una profecía apunta que tres ángeles mensajeros serán enviados para cumplir el karma divino que liberará al universo de los pecadores, incluso si los hijos del creador se oponen a sus leyes.
En la misma sintonía se encuentra Bae Young Jae, un productor de radio que seguirá los pasos de este grupo para exponer lo que hay detrás de sus intensiones. Su esposa, Song So Hyun, se convertirá en fanática de dicha comunidad, una razón más para que Bae desentrañe sus secretos más oscuros.
Sin embargo, no está solo. El detective Gyeong Hoon tendrá la misión de esclarecer quién yace tras la aparición de estos seres malignos y darle rostro a sus seguidores más fieles.
En un conjunto de seis capítulos, dicha historia es protagonizada por Yoo Ah In, Park Jung Min, Kim Hyun Woo, Won Jin Ah y Yang Ik Joon.
¿Lo mejor de la trama? El argumento
Lo más acertado de Rumbo al infierno es la tesis que gira entorno al conflicto. De acuerdo con la Nueva Verdad, la mano del hombre no es suficiente para castigar a relapsos, pues al cumplir su sentencia muchos de ellos reinciden en el pecado.
Lo anterior, provoca que el resto de los sujetos se vean tentados a cometer crímenes y se alejen del camino que los guía hacia una vida honesta.
Bajo ese argumento, lo único que puede solucionar tal problemática es el miedo y la represión. Si bien, esto se ha planteado a lo largo de distintas películas y series, Hellbound logra vincularlo con las actuaciones impecables de su cast.
Conocer sus tormentos hace que el espectador conecte con las emociones expuestas por sus protagonistas, aun cuando éstos hayan perpetrado faltas injustificables.
Entre el bien y el mal: la paradoja
¿Es posible empatizar con un asesino? ¿Es normal sentir pena por su muerte? Uno de los aspectos más humanos es la compasión, la capacidad de comprender el dolor de otra persona, pese a sus malos actos.
Pero aquí, eso no existe. Tanto la iglesia como el grupo de La Lanza, están cegados por un odio irracional y por la autoridad que el pueblo les cedió al creer en la profecía.
La nueva era le quitó al individuo la oportunidad de decidir sobre sí mismo, al unísono en que la escasa misericordia de Dios acepta que su descendencia arda en las brasas del infierno.
En dicho contexto, solo es libre quien se apegue a los ideales de este culto, pues quien se oponga merece la humillación pública, o peor aún, la muerte. Los límites entre el bien y el mal se pierden a tal grado que el espectador deberá poner en duda su realidad.
Terror… un ingrediente perdido
La primera entrada de los ejecutores es magistral; al inicio es silenciosa, después todo se convierte en dolor, llanto y temor.
Empero, una vez que conoces su maniobra, dejas de preocuparte por ello. El impenitente conoce su destino gracias al aviso que le es enviado, aunque este elemento pierde su encanto.
Los ángeles se aproximan a la víctima, ésta intenta huir de lo inevitable y una escena grotesca da paso a su final. La tensión impuesta al principio, se traslada a lo repetitivo; los baños de sangre pierden su toque escalofriante y dan cabida a la monotonía del relato.
De un momento a otro, dejarás de concentrarse en el miedo, mas la emotividad es un factor bien equilibrado, el cual se fortalece cuando entran en acción los padres de un recién nacido que fue sentenciado por equivocación.
La Lanza, su punto más débil
El fanatismo es uno de los conceptos más explotados de la trama. La Lanza se define como un grupo extremista capaz de realizar cualquier atrocidad contra los «herejes», y, pese a que no trabajan de manera conjunta con la Nueva Verdad, predican con su ejemplo.
Para difundir la crueldad de sus actos, su cabecilla realiza transmisiones en vivo, mediante las cuales da a conocer el perfil de los condenados.
La idea tiene potencial, no obstante, la actuación exagerada de este seguidor hace que, más allá de sentir repulsión, desees adelantar la secuencia hasta perderlo de vista.
Si el objetivo es sentir aversión por éstos, se cumple a la perfección. Su participación cae en lo ridículo, lo que se develaría como crítica hacia los seguidores más acérrimos de cualquier culto.
No obstante, su inclusión pudo tomar un curso más serio y apegado a la realidad, pues de ser un componente peligroso, transcendió como lo menos interesante de la historia.
¿Segunda temporada?
La serie puede dividirse en dos actos, cada uno conformado por tres capítulos que explican el antes y el después de la humanidad tras la inserción del régimen celestial. En el desenlace se destapan diversas teorías que predecirían la llegada de una segunda entrega.
Una gira entorno a Jung, quien pereció luego de recibir su sentencia, mas en el último minuto el cuerpo de una pecadora vuelve de las cenizas, lo que supondría que ninguno de los condenados murió.
Asimismo, falta conocer el destino del detective y su hija, los cuales desaparecieron sin dejar huellas ni rastro.
Por supuesto, la clave de todo reside en el niño rescatado de su karma, mismo que quizá regresará para cobrarse por cuenta propia la aniquilación de sus padres. A pesar de que la Nueva Verdad perderá cierto control, la resurrección de Jung daría lugar a póstumas rivalidades.
La fiebre de Squid Game se repite
Los huecos argumentales no impidieron que Rumbo al Infierno escalara rápidamente en la lista global de Netflix.
Un día posterior a su estreno, se posicionó a la cabeza de El Juego del Calamar en 24 países, entre ellos, Bélgica, Hong Kong, Vietnam y Marruecos. Ocupó el segundo puesto en Francia e India, y el tercero en Estados Unidos y Alemania.
Por su parte, alcanzó un 100% de recepción positiva en Rotten Tomatoes, es decir que, tanto la prensa como la audiencia, la han catalogado como una de las mejores producciones en lo que va de noviembre.
Pero todavía no debemos cantar victoria, pues falta que ésta rebase los 111 millones de espectadores que atrajo la obra de Hwang Dong-Hyuk y persista entre los k-dramas más populares de la plataforma.
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