Las súplicas porque el país invierta en verdadero cine no han cesado a lo largo de las últimas décadas, periodo en el que las películas mexicanas terminan por decepcionarnos una y otra vez.
Para quienes se preguntan porqué las casas productoras se hacen de oídos sordos, hemos decidido darle explicación a una de las preguntas más frecuentes entre los compatriotas. ¿Por qué nuestro cine aborda historias obsoletas y carentes de profundidad?
Comencemos con esta radiografía de la industria cinematográfica en México.
¿Por qué las películas mexicanas son tan malas?: apoyo económico del gobierno
Uno de los principales motivos por los cuales es imperceptible un progreso en las producciones es por la falta de apoyos económicos. En nuestro territorio, existen tres estímulos fiscales, los cuales son: Fondo de Promoción Cinematográfica (FOPROCINE), Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (FIDECINE) y Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción Cinematográfica Nacional (EFICINE).
Éstos destinaron en 2019 más de 810 millones de pesos (mdp) para impulsar la distribución de productos fílmicos. Sin embargo, debido a la pandemia y los cortes presupuestales realizados por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la crisis se profundizó aún más para los directores.
Otra cosa sucede en países primer mundistas, dado que al menos en Norteamérica, estados como Georgia otorgan más de 600 millones de dólares (mdd) a la industria, es decir, más de 12 mil mdp en incentivos para los rodajes realizados en sus fronteras. ¡Una fortuna en comparación con lo que sucede en la república azteca!
Según el Anuario Estadístico de Cine Mexicano 2020, ese año se realizaron 111 cintas, de las cuales un 48% contó con un apoyo público. El costo de realización de cada una fue de aproximadamente 14.6 mdp, una inversión bastante pequeña que difícilmente se recupera, pues la baja calidad de las producciones debe competir con la cartelera hollywoodense y los estragos del Covid-19.
Falta de oportunidad a talentos
A todo esto hay que sumarle que en cada historia figuran los mismos actores: Martha Higareda, Omar Chaparro, Vadhir Derbez, Ludwika Paleta, Danna Paola, Mauricio Ochmann… La lista es corta en comparación con el inmenso catálogo de artistas que tenemos en la región.
Lo anterior, tiene una razón detrás, y es que como todo en la vida el cine es un negocio y los productores prefieren irse a la segura cuando se debe elegir un cast. Pese a que sus actuaciones sean deplorables, lo cierto es que son personalidades ampliamente reconocidas a nivel nacional (para muestra el número de seguidores que tienen en redes sociales).
Aun así, ese tabú no funciona del todo, puesto que ni siquiera con ello logran que la audiencia se anime a visitar los cinemas. No existe un Star System en México, esa es la verdad, pocos son los interpretes que se han ganado el corazón del público por su capacidad histriónica .
Además, las oportunidades de que éstos y los nuevos talentos exploten sus cualidades son escasas, ya que los argumentos carecen de sentido o son refritos que triunfaron en otros lugares del mundo (pero aquí solo fungen como relleno).
Poca originalidad y adaptación de historia
Una vez tocado este último punto, es momento de hablar sobre aquellos guiones vacíos que en múltiples ocasiones se escudan en una especie de «comedia negra» que no le hace cosquillas a nadie.
Debido a que siempre se le otorgan presupuestos a los mismos directores, es imposible divisar la creatividad de profesionales con mucha más hambre de éxito. Por esta razón, terminamos con un producto sin pies ni cabeza, donde el desarrollo de personajes es inexistente, las fallas en la producción son notorias, no hay secuencia entre una escena y otra, ni mucho menos elocuencia artística para ejecutar una toma.
Pese a todo esto, el público las sigue eligiendo. En 2019, No manches Frida 2 se convirtió en la tercera película más taquillera de México, recaudando 321 mdp durante su permanencia en la pantalla grande… Es increíble tal hazaña si haces un análisis crítico del film, puesto que, personalmente, considero que contiene escenas bastante vergonzosas.
Lo más triste es que sí existen buenas obras en nuestra patria, solo que son opacadas por el cine comercial. Ejemplo de ello fue Sueño en otro idioma (2017); la cual retrata una relación tormentosa entre dos hombres que se alejaron por razones desconocidas y que entrarán nuevamente en contacto con ayuda de un lingüista, quien llega al pueblo para documentar los últimos vestigios del zikril.
Dirigida por Ernesto Contreras, la cinta refleja escenarios maravillosos de Veracruz, al mismo tiempo en que el relato de los personajes sorprende con un giro de tuerca inesperado y ejecutado magníficamente. No obstante, casi nadie la recuerda porque su estreno se realizó durante el mismo fin de semana que Avengers: Infinity War, hecho por el cual solo recaudó cerca de 3 mdp…
Nula participación de México en festivales internacionales
De acuerdo con los últimos informes, al año se producen alrededor de 200 filmes. La cantidad es abrumadora en comparación con las que han debutado exitosamente en festivales internacionales de amplia envergadura.
Empezando por el Festival de Cannes, únicamente seis cintas obtuvieron un premio en dicho evento desde el 2000, lo que le ha dado reconocimiento internacional a sus directores. A continuación la lista completa:
- 2006: Babel de Alejandro González Iñárritu (Premio a Mejor Director y Premio Vulcan al Artista Técnico)
- 2007: Luz silenciosa de Carlos Reygadas (Premio del Jurado ex aequo)
- 2010: Biutiful de Alejandro González Iñárritu (Premio a Mejor Actor ex aequo y Premio Vulcan al Artista Técnico)
- 2012: Post tenebras lux de Carlos Reygadas (Premio a Mejor Director)
- 2013: Heli de Amat Escalante (Premio a Mejor Director)
- 2015: Chronic de Michel Franco (Premio a Mejor Guion)
Por otro lado, el Festival Internacional de Cine de Venecia, se constituye como una oportunidad más para los cineastas de compartir su trabajo con el mundo para que éste sea aclamado por el jurado.
En él, recientemente Michel Franco se llevó el León de Plata por Nuevo orden (2020), mientras que Amat Escalante realizó la misma hazaña con La región salvaje en 2017.
No obstante, la estatuilla más prestigiosa (el León de Oro) solo ha conocido las manos de Alfonso Cuarón con Roma (2018) y de Guillermo del Toro con La forma del agua (2017), obra que también lo hizo ganador del Óscar por Mejor Película, Mejor Banda Sonora, Mejor Director y Mejor Diseño de Producción.
El trío mexicano más galardonado de la historia
Una vez hecha la mención de este par, era inevitable hablar del trío más poderoso del séptimo arte en nuestro país. Del Toro, Iñárritu y Cuarón son la prueba de que es posible triunfar en este arte únicamente si escapas de tus raíces.
Lo cierto es que dicho grupo de directores, hizo grandes cosas en México, pero explotó todo su potencial cuando emigró a Hollywood, industria que los catapultó al otorgarles la preciada estatuilla dorada.
La amistad que comenzó en los 80, trascendió en la alfombra roja de los galardones otorgados por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas (AMPAS). Este es el recuento de las estatuillas que se han adjudicado y no han sido mencionadas:
Alejandro González Iñárritu
- Birdman (2015): Premio a Mejor Director, Mejor Película y Mejor Guion Original
- The Revenant (2016): Premio a Mejor Director
Alfonso Cuarón
- Gravity (2014): Premio a Mejor Director y Mejor Montaje
- Roma (2019): Premio a Mejor Fotografía y Mejor Película de habla no inglesa
Con respecto al apodado «Totoro», actualmente fue nominado a Mejor Película por El callejón de las almas pérdidas (2022), trama con la cual se alejó de los mundos fantásticos para interactuar con otra fascinante realidad.
Éstos, al igual que el resto de las celebridades que le dan continuación a su carrera en Estados Unidos, solo son signo del escaso interés que existe en nuestra región por salvaguardar nuestra cultura. El régimen actual no le otorga más dinero al séptimo arte, la sociedad se refugia en las plataformas de streaming o en la cartelera americana y las acciones son nulas por parte de todos los involucrados.
No todo está perdido, aún existen cinéfilos dedicados a consumir filmes que quedaron en el olvido. Cineastas exiliados regresan una vez cada tanto para auxiliarnos, tal es el caso de Guillermo, quien este 2022 creó el Centro Internacional de Animación (CIA) para beneficiar a los creadores mexicanos que ansían explotar sus habilidades en dicho ámbito.
Para rescatar a nuestra caja de fantasías, debemos salir de ella. No basta con exigirle al gobierno que invierta en proyectos fílmicos. La audiencia tiene que poner de su parte y olvidarse por un segundo de los hipnotizantes efectos especiales que vive en otras historias para echarle un vistazo a los celuloides relegados.
El cine de calidad únicamente llegará cuando aprendamos a reconocerlo.
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